First edition of CONNECTED published!

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Feb 102011
 

CONNECTED_1_2011

Dear Readers,

In his 2011 State of the Union Address, President Obama set the national goal to generate 80 percent of electricity from clean energy sources by 2035; the German government recently outlined its long-term energy concept which envisions full energy import independence and a 60 percent renewable energies share by 2050; the City of San Francisco launched an initiative aiming at a 100 percent renewables supply within just a decade; and under the motto “growth with foresight,“ Hamburg, this year Europe’s green capital, shows how urban development can be both economically beneficial and environmentally sustain-able. These are only a few examples illustrating that true leadership willing to tackle the twin challenges of climate change and energy security can be found on both sides of the Atlantic.

Content_CONNECTED1_2Welcome to the first edition of CONNECTED – a newsletter discussing climate and energy from a transatlantic perspective. With CONNECTED, partners adelphi and Worldwatch, headquartered in Berlin and Washington DC, will support the Transatlantic Climate Bridge, an initiative that since its inception in 2008 has promoted numerous activities by public authorities, the private sector, civil society, and academia in order to strengthen climate protection and energy security. CONNECTED aims to showcase and review policy and research initiatives that are aimed at low-emissions development. Opinion pieces, interviews, as well as reports on studies, dialogues and conferences will provide a regular update on the progress made toward building climate-compatible economies in Europe, the United States and beyond.

[I am co-editor of CONNECTED, together with Dennis Taenzler. Please find the full first issue of CONNECTED here]

La producción de alimentos y la contaminación

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Dec 092010
 

El Nuevo HeraldLa mayoría culpa a los automóviles y las fábricas por el cambio climático y los efectos devastadores que están teniendo en los patrones del clima global. Y esta semana en la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas en Cancún, también conocida como la UNFCCC COP16, los gobiernos internacionales y las delegaciones pasarán mucho tiempo en negociaciones, y discutiendo sobre culpas y soluciones.

Pero es probable que lo que está en nuestros platos es igual de perjudicial para el clima. La producción de alimentos en el mundo genera entre 13 y 30 por ciento de la emisión de gases de efecto invernadero que están causando el calentamiento global. Del campo, a la mesa, y al cesto de la basura, los alimentos que producimos, comemos y desechamos pueden tener un gran impacto sobre el medio ambiente, tanto como los vehículos que conducimos y los derrames de petróleo que producimos, y es crucial que lo que esté en nuestro plato también deba estar en la agenda de la UNFCCC.

Mediante la exploración de formas alternativas de producir, preparar y desechar los alimentos, podemos ayudar tanto a los agricultores de todo el mundo a poner fin al hambre y revertir el cambio climático. Encerrado en el suelo y en los árboles y plantas hay tres veces más carbono del que puede aguantar la atmósfera de la Tierra. Muchas prácticas agrícolas de hoy reducen la capacidad del suelo para encerrar el carbono, lo que libera una mayor cantidad de este gas de efecto invernadero a la atmósfera. Pero hay métodos agrícolas alternativos que mantienen el carbono enterrado, como restaurar los procesos naturales que garantizan que los niveles atmosféricos de carbono sean bajos.

En el Sahel, la extrema sequía en los últimos 40 años ha disminuido la producción de alimentos y desplazado a gran parte de la población. Pero los pequeños agricultores están cambiando la situación, mejorando sus medios de vida y su dieta y contribuyendo a mitigar el cambio climático mediante el cultivo de árboles autoctónos.

[Read the rest of Danielle Nierenberg’s and my op-ed in E Nuevo Herald here]